La Vigilancia Capitalina

Vigilancia Capitalina

Caminando por la pintoresca avenida central en una maravillosa mañana de la semana, podemos ver por doquier a pregoneros, vendedores de lotería, vendedores chances y de cualquier otro artículos que pudiera usted imaginar y por supuesto encontramos a un improvisado grupo musical en frente de la tradicional Librería Universal, complaciendo al que se detenga a escucharlos con temas musicales contemporáneos como, La Copa Rota, Conversación en Tiempo de Bolero y Tarjeta Roja del recordado cantautor costarricense Gilberto Hernández, continuamos nuestro recorrido por la avenida y escuchamos fuertes y potentes voces ofreciendo líneas telefónicas, otros ofrecen recargas de por vida y otros ofrecen teléfonos gratis, (cosa que no es cierto).

Observamos rostros que ya son parte del paisaje de nuestra avenida central, cada doscientos metros vemos a oficiales de la fuerza pública de Costa Rica, estacionados en una esquina o en algún lugar de su preferencia, por otro lado no tan lejos vemos a oficiales de la policía municipal caminando en pareja, comentando temas personales o propios, ajenos a la realidad capitalina, es cuestión de detenerse unos minutos y prestar atención a estos oficiales tanto de la fuerza pública, como de la policía municipal y nos percatamos que estos están hablando de temas personales, disfrutando de algún cigarrillo o compartiendo con algún amigo (a), pariente o familiar a través de alguna red social. Sea a través de whatsapp, twitter, o lo más común hoy día facebook, ellos utilizan los mejores y más modernos dispositivos que hay en el mercado, parece que es su principal herramienta de trabajo.

Me atrevo a pensar que el uso del teléfono celular, así como chatear, twittear y  faceboocear no es parte de las funciones asignadas.

Claro está que todos tenemos derecho de hablar y de utilizar nuestros dispositivos móviles, pero eso se puede hacer en horarios fuera de la jornada laboral.

Pero si a cada uno de estos oficiales se le descontara de su salario mensual, lo correspondiente a los minutos que permaneció conectado a su teléfono celular, argumentarían que es un atropello, pero el atropello es no hacer correctamente las funciones asignadas por estar distraídos concentrados en estos lindos y costosos juguetes.

 

Esperaría caminar por nuestra Avenida Central, Parque Morazán, Parque Central, Barrio Chino, etcétera y ver a estos oficiales que verdaderamente estén atentos a la ciudadanía y haciendo su labor, la cual es de mucha importancia para la integridad, y que estos aparatos móviles queden guardados en sus lockers, hasta su salida de la jornada laboral.

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Comentarios: 1
  • #1

    lusbinduar (lunes, 10 noviembre 2014 18:38)

    Me parece sumamente atinado el comentario.